viernes, 27 de mayo de 2011

Animalitos... salvajes

Una de las preguntas más frecuentes que me suelen hacer cuando viajo por Tanzania es por qué los animales salvajes saben que no deben traspasar los límites de los parques. La pregunta viene motivada porque al contrario que en otros países, en Tanzania los parques naturales no están separados por vallas ni por otro tipo de barrera de las zonas que los circundan. Y no deja de ser sorprendente que junto a los parques haya pueblos y campos de cultivo o que incluso, como es el caso del Área de Conservación de Ngorongoro, los masais sigan viviendo en sus bomas rodeadas de espinos y bajen al cráter a que paste o abreve su ganado.

He de confesar que no tengo nunca una respuesta del todo satisfactoria, pero únicamente los elefantes y los hipopótamos suelen causar algún problema. Los primeros porque a veces sí pueden invadir alguna huerta, sobre todo si se dan casos de sobrepoblación de paquidermos y han de salir a buscar comida, y los segundos en encontronazos fortuitos con canoas en los ríos. De hecho, los animales que más muertes humanas causan en África no son el león, ni el leopardo, ni las serpientes… primero es el mosquito y después el hipopótamo.

La hipótesis que mantengo es, simplemente, que a los animales no les gustamos. Puede parecer broma pero razones no les faltan. En términos generales, los animales prefieren evitar al ser humano a enfrentarse a él y, salvo contadas excepciones, sólo la harán en caso de sentirse amenazados y acorralados o muy hambrientos. Por otro lado, un parque natural bien gestionado provee a su fauna de lo necesario para sobrevivir de acuerdo a los ciclos naturales y sólo en casos extremos, una sequía impenitente que acabe con sus presas habituales, por ejemplo, forzará a un león a salir y matar una vaca.

Sea ésta la razón o no, lo cierto es que todos los animales acostumbran a mantener una distancia prudencial con el ser humano, que puede ser mayor o menor dependiendo de la especie. Cuando esta distancia se rompe, lo normal es que huya. Y esto incluye a los felinos. Como decía antes, los masai suelen bajar con su ganado al interior del cráter de Ngorongoro, lo cual es siempre una preciosa estampa de postal, pero si está el masai, olvidaos de encontrar un león cerca; he visto manadas abandonar una cebra recién abatida porque se acercaba un pastor con su rebaño.

Pero esto no quiere decir que los animales no se muevan. Lo hacen en función de sus necesidades de alimentación y procreación, y dependiendo también de la especie, porque las hay más y menos nómadas, más y menos territoriales y con áreas más o menos extensas de control. El movimiento más conocido es la migración anual de miles de ñus entre Serengeti y Masai Mara, más compleja de lo que vemos en los documentales, pero también se producen traslados entre parques, por ejemplo entre Serengeti y Ngorongoro, a veces atravesando zonas con población humana.

¿Existe por o tanto algún peligro para las personas? El riesgo cero no existe, de hecho la mayor parte de los accidentes que sufrimos se producen en nuestras propias casas. Pero realmente, la probabilidad de un ataque por parte de un animal salvaje es muy baja, sobre todo si guardamos unas mínimas medidas de seguridad. Y las vamos a guardar.

En las zonas de acampada, ya lo comentamos, no hay barreras que nos separen del entorno en el que también están los animales, lo cual quiere decir que podemos encontrarnos con alguno pululando por allí. Veámoslos…

Leones, leopardos y guepardos no se suelen acercar y menos aún entrar. Prefieren siempre mantenerse alejados de las zonas donde hay humanos. Muy rara vez puede verse alguna hiena atraída por el olor a comida, pero en cuanto nos oye o nos ve, sale pitando, no se enfrenta. Otra cosa son los monos, siempre más descarados. No suelen pulular habitualmente entre las tiendas, pero sí pueden hacer alguna incursión rápida si han visto o han olido la posibilidad de un bocado gratis. Los cercopitecos nunca se van a enfrentar y su reacción es siempre la huida, pero los babuinos pueden hacer algún gesto de intimidación enseñando los colmillos como un perro, pero también van a evitar el enfrentamiento.

En Ngorongoro a veces suelen aparecer cebras o búfalos que van a pastar por los alrededores. También se pueden ver a veces elefantes que suben a buscar comida. Pero ellos están a o suyo y si no se les molesta no van a atacar.

En cuanto al safari propiamente dicho, vamos a ir en coche. Para los animales, el vehículo es uno más, quizás algo molesto si se acumulan varios y que, probablemente, piensen que huele mal. Pero nada más. Los gatos no se lo pueden comer, así que les es totalmente indiferente, y al resto, pues también, porque ni les agrede ni les caza. El único animal que puede representar algún peligro es el elefante, más que nada porque sería el único capaz de hacernos volcar, pero si no te acercas demasiado y no les impides el paso, les somos tan indiferentes como a los demás.

Cuando paremos en la sabana lo haremos en lugares seguros, bien en los que denominan picnic sites o bien en zonas despejadas que los guías-conductores nos dirán. Los picnic sites son espacios habilitados para descansar y comer a veces con WC; también son abiertos pero no suelen rondar por ellos animales peligrosos.

Y cuando hagamos safaris a pie, por ejemplo en el Arusha National Park, o treks, como el del Empakaai, lo haremos porque son zonas donde no hay leones y siempre iremos con rangers armados para prevenir el improbable ataque de un búfalo solitario, por ejemplo.

De todos modos, aunque el riesgo es bajo, vamos a seguir una serie de normas muy básicas y de sentido común, pero con las que vamos a ser inflexibles.

1.- Los animales no son un juguete. Los leones son gatos y se comportan como tales. Os puedo asegurar que cuando se ponen a ronronear panza arriba, parecen tremendamente amorosos y dan ganas de abrazarlos y perderse entre sus melenas en caso de ser un macho, pero claro, tienen garras más fuertes, colmillos más largos y son 60 veces más grandes que los que tenemos en casa. Y si ya los de casa distan bastante de estar domesticados, imaginaos un león o un leopardo. Nunca vamos a tomar en broma a ningún animal salvaje, sea grande o pequeño.

2.- Nunca nos acercaremos a los animales fuera del coche. Si estamos sentados comiendo y vemos pasar un elefante cerca, nos quedamos tranquilos y seguimos comiendo, o le hacemos una foto pero desde donde estamos. Mientras no intentemos forzar la distancia de seguridad que todo animal establece, las cosas irán bien. Cuando hay problemas suele ser porque hemos sido imprudentes y nos hemos querido acercar al elefante tanto que éste ha considerado que a él no se le tocan las trompas. Y esto vale para todos los bichos.

3.- A los animales no se les da de comer, ni a los pájaros, que nos van a dar la tabarra. En primer lugar porque se tienen ellos que buscar la comida y alimentarles es interferir en los procesos naturales, habituándolos a un comportamiento incorrecto. Y en segundo lugar, porque jugar a dar de comer a un mono puede acabar con un mordisco en la mano, en la nuestra, no en la del mono.

4.- Cerrar ventanas y tiendas y no dejar comida dentro, de esta forma, evitamos la tentación de hacer razzias en busca de galletas y demás cosas suculentas.

5.- Cuando estemos de safari por los parques, nunca, repito, nunca bajaremos de los coches salvo con permiso expreso del guía o de los guías-conductores. Ni siquiera a mear, dicho claro y pronto.

6.- Cuando tengamos permiso para apearnos, nunca, y también repito, nunca nos alejaremos de los coches.

7.- Cuando estemos en los picnic sites y en las zonas de acampada nunca traspasaremos los límites de seguridad, que suelen venir marcados por la línea donde la hierba ya no está cortada. Tened en cuenta que el peligro suele estar en no ver a los animales, maestros muchos de ellos en el camuflaje. Podemos tener un león de 250 kg a un metro y no verlo si la hierba está alta.

8.- Hacer siempre caso al guía de la expedición y a los guías-conductores. Cuando se trata de seguridad, no hay ni democracias ni asamblearismos.

Como veis, son ocho puntos básicos, simples, obvios y sencillos. Si ya de por sí el riesgo es escaso, si seguimos estos puntos no debe haber ningún problema, así que a disfrutar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario