miércoles, 16 de febrero de 2011

El temido anófeles

Haberlo lo hay y hay que tomar precauciones. Las probabilidades de contraer la malaria en un viaje como el que vamos a hacer y en temporada seca no son muy altas, pero conviene no desdeñar el riesgo y menos tomarlo a la ligera.






La malaria es una enfermedad infecciosa transmitida de humano a humano por la picadura de las hembras de varias especies del mosquito Anopheles, huéspedes del parásito Plasmodium. Son las hembras el único vector portador ya que se alimentan de sangre cuya proteína necesitan para el desarrollo de los huevos, los machos se alimentan exclusivamente de néctares vegetales. Tras la picadura, el parásito se instala en las células del hígado donde se reproducen con rapidez. Pasan posteriormente al riego sanguíneo donde invaden los glóbulos rojos. Realizan entonces una segunda reproducción hasta llegar a romper los hematíes, ruptura masiva que es la causante de los síntomas clásicos de la enfermedad.


Es endémica en las zonas tropicales pero no exclusiva, ya que la enfermedad incide también en zonas por ejemplo del norte de África y Oriente Medio. La parte por donde discurre el itinerario es área palúdica en su gran mayoría. Tan sólo se excluye hoy por hoy de esta consideración la zona superior de Ngorongoro dado que, a esa altitud y en esas condiciones, el mosquito no sobrevive. El anófeles necesita una temperatura mínima de entre +20-25ºC para poder criar y una humedad de alrededor del 60%. Las frías y húmedas condiciones de las tierras altas del cráter impiden una adecuada incubación de las larvas y hace que no sea un lugar apropiado para que pueda medrar.

De todos modos, según algunos expertos esto puede estar modificándose debido a las alteraciones ambientales provocadas por el cambio climático, que favorecen al parecer la ampliación del hábitat del mosquito hacia cotas cada vez más altas.



Hay cuatro tipos de malaria que afectan al ser humano dependiendo de la especie de Plasmodium que nos haya infectado: malariae, vivax, ovale y falciparum. Ésta última es la más común en África, y también la más peligrosa, pudiendo llegar a causar la muerte en casos extremos. Sin embargo, es la única que se cura totalmente con el tratamiento adecuado sin que posteriormente se vuelvan a tener episodios palúdicos.

El anófeles es fundamentalmente nocturno, por lo que las horas de más riesgo se sitúan entre la caída del sol y el amanecer. Esto no quiere decir que no pueda estar activo durante el día, aunque una picadura diurna es muy poco común.

No existe en la actualidad una vacuna eficaz, por lo que la única manera de disminuir el riesgo de infección es mediante una adecuada prevención. Lo primero que hay que hacer es visitar el centro de medicina exterior más cercano al domicilio. En él se informa sobre todos los aspectos relacionados con la enfermedad y establecerá la quimioprofilaxis idónea para la zona a donde se vaya a viajar. En nuestro caso, lo más habitual es el uso de medicamentos como el Lariam o el Malarone pero insistimos, ha de ser medicina exterior quien determine los pasos a seguir y prescriba la medicación a tomar.

En algunas personas, los antipalúdicos suelen tener efectos secundarios de diverso tipo que se pasan al suspender la medicación. Salvo que estos efectos sean muy fuertes, y aún sabiendo que no es eficaz al 100%, nuestra recomendación es tomar la quimioprofilaxis: vamos a estar 17 días en Tanzania, no merece la pena correr el riesgo de enfermar por pequeño que pueda ser.

Otras barreras que se pueden poner en juego al llegar la noche son: un buen repelente de mosquitos con al menos un 50% de dietil-m-toluamida, que ha de aplicarse a toda la piel expuesta al aire; usar ropa clara, cazado cerrado, mangas largas y pantalones también largos; y si disponemos de electricidad, los antimosquitos eléctricos suelen ser eficaces, al igual que las espirales.

Si a pesar de todo, tenemos la muy improbable mala suerte de contraer la enfermedad, ésta tiene un periodo de incubación que oscila entre 7 y 15 días. Los síntomas iniciales pueden confundirse con una gripe, malestar general, dolor de cabeza… hasta sufrir los primeros accesos febriles fuertes acompañados de escalofríos y temblores intermitentes y recurrentes que, en ocasiones, pueden venir acompañados de vómitos y diarrea. Si esto ocurriera, lo primero es comunicárselo al guía e iniciar el tratamiento de choque con el antipalúdico que se esté tomando y, probablemente, antitérmicos para bajar la fiebre. Y llevar un buen seguro es siempre aconsejable.








Os recomendamos un libro titulado “Malaria. A traveller’s guide”, realizado por Martine Maurel y revisado y actualizado por los doctores Andrew Jamieson y Stephen Toovey. Está editado por Struik Publishers (2006). No la hemos encontrado en castellano pero aunque nosotros la adquirimos en Arusha, la hemos visto en varias librerías especializadas en viajes al menos en Bilbao, Madrid y Barcelona. Si no, está disponible en Amazon y otras librerías virtuales.







Un enlace interesante es al artículo “A World Malaria Map: Plasmodium falciparum Endemicity in 2007”




Es muy técnico, pero tiene los mejores mapas elaborados hasta el momento de la extensión de la malaria provocada por P. falciparum, uno de los cuales hemos presentado arriba donde podemos observar que en la zona que vamos a recorrer el riesgo existe pero es menor.

Hablar de estas cosas es necesario porque hay que tener información para poder ir con la prevención correcta. Pero es inevitable que provoque cierta alarma. Hay que ver las cosas con tranquilidad y lo primero, y más sano, es no agobiarse con la malaria. La experiencia nos dice que el riesgo es controlable y disminuye además con unas medidas mínimas de protección.

2 comentarios:

  1. Una información muy precisa y clarificadora. Gracias

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  2. Hola a todos, por fin un poco de tiempo para poder pensar en el viaje de este verano. Ante todo gracias por la información pero me ha llamado la atención que recomendais el uso de ropa oscura para pretegerse de la picadura de los mosquitos, mientras que en la página de sanidad exterior indica lo contrario("Evitar, si es posible, salir entre el anochecer y el amanecer pues los mosquitos pican habitualmente durante este período; si se sale por la noche llevar ropa con manga larga y pantalones largos y evitar los colores oscuros que atraen a los mosquitos").
    Si es posible me gustaria que lo aclararais.
    POr otra parte he encontrado el siguiente enlace donde explica como tratar la ropa con permetrina:
    http://www.buscounviaje.com/blog/consejos-viaje/impregnar-la-ropa-y-la-mosquitera-con-permetrina/
    Espero que os sea útil
    Un saludo, nos vemos el 15 de Julio
    Paco

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